Fueros para un golpista
Lo declararon héroe del siglo XXI y colocaron placas y bustos con su cara en todo el país, pero nada es suficiente para el hombre que salvó a Honduras del gobierno democrático de Manuel Zelaya. Por eso ayer, antes de dar por terminado el mandato del actual Congreso, uno de sus incondicionales presentó un proyecto de ley para nombrarlo diputado vitalicio. Micheletti (foto izq.), rodeado por su familia, recibió el honor con lágrimas en los ojos. Era todo lo que quería: un sueldo de cuatro mil dólares, fueros para evitar los tribunales y un séquito policial para mantener alejados a todos sus detractores. Todo, de por vida.
“No me sorprendería que pronto el cardenal Rodríguez beatificara a Micheletti. Ese es el mundo cínico en el que vivimos”, señaló en diálogo telefónico Rasel Tomé, la mano derecha de Zelaya y compañero incondicional dentro de la embajada brasileña. Después de casi cuatro meses de encierro, el humor y la esperanza son las únicas herramientas que les quedan para enfrentar un presente solitario y un futuro cercano poco auspicioso. “La dictadura está sembrando el camino hacia la impunidad total. Hoy, por ejemplo, declaró la cúpula militar ante la Justicia, pero sólo por acusaciones superficiales. ¿Cómo puede ser que se acuse a la junta militar de un delito tan leve como abuso de la autoridad? Según nuestro sistema penal, si los militares regalan diez latas de pintura cada uno para escuelas pueden quedar libres”, se quejó Tomé, abogado penal de profesión. Desde las elecciones de finales de noviembre, Zelaya y los suyos no pueden recibir visitas en la embajada y, fuera del país, la presión de sus aliados fue diluyéndose hasta prácticamente desaparecer. Micheletti ganó la partida y ahora quiere disfrutar de los beneficios. “Están haciendo lo que quieren. La figura de diputado vitalicio no existe en la Constitución. La ley es muy clara y dice que los diputados sólo pueden ser designados a través del voto popular”, explicó a este diario Marvin Ponce, uno de los diputados que se retiraron del recinto cuando anunciaron el nuevo nombramiento del dictador. “Creo que Micheletti está sufriendo el síndrome del dictador, como le pasó a Pinochet”, agregó el legislador.
Augusto Pinochet, como ahora Micheletti, hizo que sus instituciones de facto le aseguraran una banca en el Congreso nacional para el resto de sus días antes de dejar el poder. El dictador chileno no sólo lo utilizó para resguardarse de la Justicia, sino que también se garantizó un lugar privilegiado e intocable en el juego político democrático.
Para Ponce, Micheletti quiere lo mismo para él y para sus aliados. “Ayer no sólo se condecoró a Micheletti; también se aprobó un decreto (ley) que autoriza 17 compras directas, sin licitación ni nada, a empresas vinculadas con el golpe y se ordenó la protección privada de más de 300 funcionarios, del régimen golpista y aliados de anteriores gobiernos”, relató el diputado de Unión Democrática (UD), la única fuerza que sigue apoyando a Zelaya.
Antes de pasar al momento emotivo final con Micheletti, la mayoría golpista demostró que su solidaridad también está con el presidente electo, Porfirio Lobo. La noche anterior habían ingresado un proyecto de ley con metas a 28 años. Lo bautizaron Plan de Nación y, según Lobo, será la hoja de ruta para su gobierno. El texto plantea reestructuraciones en el Estado, deroga más de media docena de decretos y reformas aprobados por el mismo Congreso durante el gobierno de Zelaya y promete reducir casi a la mitad la pobreza, ampliar el seguro social para la gran mayoría de los trabajadores formales y la mitad de los informales y reducir sustancialmente el número de asesinatos, robos, violaciones sexuales y accidentes viales.
Tamaña empresa fue votada sin un debate e incluso algunos diputados, como los de la UD, no tuvieron tiempo para leer el proyecto completo.
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